Rapsody For a Dream... El diario de Leone...

Viajé de Madrid a New York, había firmado un convenio con la universidad y mi asesor me había enviado hacer unas investigaciones de campo, tenía que ir a una zona donde podía encontrar una especie rara de Lepidóptero el cual era difícil de conseguir, una mariposa nocturna. Con todo mi equipo, apenas llegué me dirigí a ese lugar, era un lago. No pensé en encontrar algo enseguida, debía pasar la noche en ese lugar para poder observar aquellas mariposas.

Cuando llegué al alejado lago me llevé la sorpresa que no estaba sola, había alguien más que se bañaba ahí. No me sorprendió que nadara desnudo. Se trataba de un chico, tatuado y con unas nalgas pálidas. Hacía frio, el lago y todo al rededor parecía desolado, por un momento con recelo lo miré mientras fumaba un cigarrillo... Después puse las trampas y mi campamento para pasar la noche en vigila. Su nombre en un principio no me dijo nada, se llamaba August Moon. Pero al paso del tiempo, del frío y de una bebida de hierbas con alcohol, empecé a notar que no era un tipo común. Era como yo, un Kithain, pero era de otro tipo de linaje, era un hijo de pan. Sabía algunas historias sobre ellos, sobre el dios pan, y en una ocasión mi abuela me dijo, que nunca debemos tomar de su copa. Era algo que no obedecí y bebí de la canfínfora que él tenía, de aquel líquido extraño de hierbas. Claro en un principio todo era normal y pues la plática se tornó en lo que eramos unas hadas, siempre se me hizo gracioso ese término, porque hay muchos relatos sobre ellas. Las aventuras no terminaban para mí y tenía que encontrar una nieva historia, sin embargo, no hubo alguna con palabras, y pensé que las historias sin palabras solo eran interpretaciones de algo. Los verdaderos relatos se plasman con palabras. Por eso los llamamos narraciones. Narramos historias vividas, ficcionales...

Conté la historia de aquella mariposa que debía de encontrar, una especie azul que debía de capturar, la cual solo pude ver que vivía por esa zona, pero mi imprudencia hizo que no la capturara aquella noche, tuve que esperarme en ese lugar un par de días más. August me mostró una mariposa en la muñeca de su mano y dijo que se trataba de una mariposa de la muerte. Era posible, aunque había conocido una especie que se alimentaba de sangre, la que tenía August en su muñeca era diferente, era de él, propia y en peligro de extinción, obviamente esto era algo curioso, debido a lo que había pasado.

El se enojó porque le hable de su mariposa, pero no sé porqué después de que le conté el cuento del príncipe mariposa se volvió irritable conmigo. Fue extraño.

El cuento se trataba de una familia de mariposas que vivían en el ensueño, los reyes de todas las mariposas tenían un hijo el cual vivía de forma solitaria en los jardines de su reino, el cual ellos querían que se casara, entonces como toda realeza invitaron a todas las mariposas solteras del reino para que lo conocieran, pero él, astuto, no escogió a ninguna y solo se divertía con ellas, jugaban y salían a recorrer los campos de todo el lugar. El príncipe en uno de sus juegos se escondió de sus amigas y mientras lo buscaban una mariposa salió del monte, herida y con las alas rotas, estaba sucia y apenas se podía mantener de pie, caminaba con mucho trabajo, obviamente no podía volar. Había sido perseguida por un ave y cayó en un lecho de rosas donde las espinas le agujerearon las alas. Al príncipe le llamó la atención y se acercó a ayudarle, pues el conocía a todas las mujeres del reino, pero a ella no.

Ella desconfiada no aceptó su ayuda y hasta le insultó diciéndole que no quería su lastima y se encaminó con trabajo hasta su casa donde cuidaba de su familia. No había asistido a la corte para presentarse ante los reyes debía trabajar para que su familia pudiera alimentarse.

Las amigas del príncipe volvieron a salir con el para divertirse y jugar, todo era felicidad pero el siempre imponía las reglas... y las llevaba donde había encontrado aquella mariposa que le causó curiosidad. Nunca en su vida había sido rechazado, ignorado. Pasaron semanas cuando por fortuna él la vio regresar con muchas canastas de polen para llevar a casa entonces el le ayudó. Ella no sabía realmente que se trataba del príncipe, solo vio que su ropa era lujosa y ni siquiera pensó en nada. Aceptó la ayuda debido que no quería desperdiciar todo lo que había colectado con mucho trabajo.

Cuando llegaron a casa ella le invitó a comer y empezaron a platicar, e hicieron una conexión, la mariposa que había sufrido aquel accidente no tenía idea de con quien hablaba, y no le importaba mostrar aquellas alas llenas de cicatrices. Al príncipe le causaba fascinación que no sea reconocido y más que alguien tan humilde le acepte en su casa. El príncipe le invitó a jugar con el y ella aceptó en ocasiones cuando no tenía que trabajar. Pero las amigas del príncipe que acostumbraban a salir con el, empezaron a seguirlos y se pusieron celosas. Entonces un día el príncipe, enamorado le confesó la verdad y le dijo que se casara con el, en ese momento, las amigas del príncipe vinieron y le arrancaron las alas a la mariposa que estaba con él dejando solo aquel cuerpo larval en sus brazos. Obviamente era algo que el nunca esperó. Entre risas las amigas se fueron con las alas y el príncipe quedó destrozado. Había cometido el error de enamorarse. Nunca más aceptó jugar de nuevo y se quedó solo.

Después de aquel cuento, August se puso muy irritable. No me bajaba de Nerdi y de cosas así, aunque siempre odiaba que me dijeran así en el liceo, le rompí la cara a un par cuando hacían esos comentarios, pero por alguna razón el tenía algo, un no sé que... algo que no conocía bien. Era la primera vez que veía a uno cómo yo... aparte de mi madre y mi abuela. Entonces nadé en el frío lago, porque no puedo soportar que me llamen cobarde, mucho menos que me reten en algo, es mi naturaleza que le voy hacer al respecto... me gustaban las aventuras y nadar en aquel lago, se sintió un poco escalofriante, para que les voy a negar August me daba miedo... era la primera vez que sentía miedo de algo... pero aun así... temiendo por dentro y actuando por fuera... era extraño, completamente extraño... cuando quieres retroceder y no puedes y avanzas no sé cómo explicarlo...demonios.

Entonces, ahí paso... no sé si puedo escribirlo con detalle, alguien podría leer esto.... solo podría poner un cuento que podría ser parte de una historia, como dije antes... no cuenta cuentos con palabras, interpreta melodías sublimes con su violín y hace que sus manos emitan canciones en voces ahogadas...

La mantis... encontró un amante en un lugar que no esperó, y con cautela vigiló para usar sus hábiles trucos de seducción. Tal vez en el fondo conocía un poco de esta presa... sus movimientos estudió, sus labios y aquellos ojos grises que podrían revelar su naturaleza compartió. En una roca estuvo fumando un cigarrillo el cual se humedeció en un lago escondido en un boque, con nieve y con el agua fría. Ella se desnudó y entre juegos todos cambió. Podría haber sido un juego, pero en un principio fue una guerra, una competencia de quien era el mejor. Quien tenía mejor piel y quien podría mostrar aquellas marcas de guerra labradas en la piel... eran tatuajes que marcaban líneas de vida.

El agua se agitó para que las tormentas salieran a su cauce y fue que todo se volvió más intenso, las manos recorrieron los cuerpos y la pasión nació en dos especies diferentes. No importaba. Eran dos razas, dos sangres distintas al resto. Sintió que el corazón dio un redoble iracundo ante un oscuro mantis que llevaba en su ceguera, un desbocado placer que daba vueltas y vueltas a una historia de terror... las voces se filtraron por la floresta, contra las piedras, contra el agua y cayó esa noche una centella rota que hizo brillar sus rostros. Cuerpo a cuerpo, el sudor, los pensamientos afilados se interrogaban cosas, no habían palabras, solo gruñidos, solo besos que recorrieron y exploraron senderos desconocidos. Siguieron andando sin cansancio, con placer, con la mente perdida en un bosque perdido, cuando las mariposas llegaron por la noche y se fueron cuando el amanecer venía y juntos con aquellos cuerpos en un cauce sin fin seguían en una danza marchita, sin aliento...

Entonces salió el sol y sobre la herida, la mantis cortó la cabeza de su amante y cayó sobre las aguas muertas del lago. Hubo silencio. El orgullo había sido pisado. A ella la rabia y la acidez de esto le recomían, se oxidó y ella sabía desde un principio. Lo sabía. Sola, se quedó mirando como su cabeza se hundía y el amante mantis se marchaba con el violín en la espalda en silencio.

Pasaron unos días después de la colección que había hecho en el lago y había analizado en la universidad. Tenía descanso antes de irme a San Francisco a un congreso y luego volver...
Había llegado a ese lugar por el folleto de la recepción del hotel donde me quedaba, no parecía un tugurio esperaba que ahí hubiera algo de comer, mientras caminaba escuché la música agradable y con el cigarro en la boca me adelanté para entrar.

Recorrí el estuche mirando sus manos y luego lentamente subí la mirada, fue cuando lo reconocí. Lo vi entrar al lugar fumando un cigarrillo y sin soltar su estuche de violín. Fue entonces que escuché la palabra en mi cabeza: Precaución. ¿Por qué tenía aquellos ojos? Me había visto y tenía esa mirada que hacía paralizarme, escuché cuando me llamó: Leone.

Creo que intenté ser indiferente, pero no pude, así que traté de ser amable, al menos así me habían enseñado, así había aprendido, sin embargo, tenía algo, estaba resentida, enojada... ¿Por qué?... Yo sabía porqué. No quise decir nada y me costaba trabajo darle cortones, ¿Qué coños tiene este hombre? ¿Así eran todos los sátiros? Tenía un imán el cual no podía controlar y en ocasiones me desesperaba, pero no era eso, no quería dirigirle la palabra... y solo me giré a tomar una copa de vino, era mi día de descanso y quería estar sola. Estaba cansada de hablar con un montón de estudiantes y relatarles la historia de cada colección que había hecho, ellos no me dieron nada, ninguna historia. Entonces supe algunos apodos para August: August Ajenjo, el otro fue August el terrible, el que se va sin decir adiós. En pocas palabras, era el sátiro mañoso.

Y sin haber recibido una historia insistí en que me contara una con palabras, sé quedó en silencio y pensando mientras compartimos algunas copas de vino, pero no le parecía mucho la idea de contar algún cuento, no le creía que no supiera alguno... sin embargo terminó contando algo. Parecía algo doloroso lo que le salió de la boca:
“ Era un cazador temerario que solía cazar leones hasta que encontró uno más listo que él y el león cazó al cazador. Le perdonó la vida y le mostró que habían más cosas que cazar, el cazador se hizo una cebra y comenzó a caminar un sendero junto al león, al final la cebra se enamoró del león”

Me pareció absurda esa historia, una presa enamorada de su depredador, había visto esto en casos de Estocolmo, a fin de cuentas era un relato. Luego dijo que el león y la cebra se habían casado y me mofé con sus hijos peludos y rayados. sonrió, después de que casi todo el tiempo estuvo refunfuñando. Después de que ese momento se había terminado, el hizo esa introducción “oye...lo qué pasó la otra vez...” entonces se fue al caño todo, quise saber obviamente, pero sus evasivas me molestaban de nuevo, no era de muchas palabras y estar analizandolo continuamente me daba dolor de cabeza. Y fue cuando todo se enredo y de su boca salieron aquellas palabras de nuevo “NO seremos amigos”. Me sentí ofendida... ¿Quién no goza de amistades? No era algo nuevo. Pero tenía razón, no nos conocíamos bien, solo éramos un revolcón. Así que a fin de cuentas; No éramos amigos... mañana me iría a San Francisco y no le volvería a ver, alejarme de ese sátiro que me daba dolor de cabeza era bueno.

Pensé que era diferente, pensé era una persona interesante, pero me di cuenta que no... tal vez era malo juzgarlo, pero lo califiqué en ese momento, que era como todos, los que se van a la mañana siguiente y listo, el que usa a las mujeres como un pañuelo y ya. Como siempre mi teoría de que todos mienten era cierta. Lo peor fue que no solo lo pensé, lo dije en voz alta agregando “Tú no eres un manjar en dulce August Moon” ¿Realmente le molestaba mi prescencia o mis palabras?, no sé por qué coño le molestaba de mí, bueno... debo de reconocer que en ocasiones soy bastante castrante.

Fue como que haya estallado algo... desde ese momento la plática empezó a sacar chispas y cuchillas, cada frase fue lastimosa, como decir que los tipos como el no se equivocaban y no cometían erroes... y las tipas como yo, mejor omito eso... me da algo cada vez que lo recuerdo. Pero eso sí, siempre supe que lo fácil, siempre es difícil. Bueno, me hizo enojar nuevamente y puse los oídos sordos. Y dejé en claro que NO seríamos amigos, recalcando que salió de su boca, no de la mía. Después de eso, empezó a echar piedritas en el zapato y me jodía el orgullo, me dieron ganas de meterle un patín en los testículos y que me dejara en paz, pero solo me fumé un cigarrillo y lo ignoré... para que me ofenda le faltaba mucha clase y era más terrible el desprecio que cualquier cosa.

Pero todo cambió de repente, después de que lo dejé hablando y le dije que le faltaba clase para siquiera ofenderme, se puso cabra, mas cabra de lo que es, me empezó a decir un nombre raro, algo como ION, no entendí nada. Parecía más torturado que de costumbre y pagó dándose la vuelta para irse y como siempre sin despedirse, pero lo hice, le dije que me iría mañana y se detuvo... Extraño... era una cabra bipolar... ya sé que le molesta que le diga así... pero a mí me purga que me diga Nerdi... lo odio... Le dije que me iría a San francisco y que ya no lo volvería a ver.... si también tengo toques dramáticos, fue divertido, aunque su rostro me causaba una melancolía atroz... ¿Por qué coños tuve que ser tan empática? Y fue cuando sacó su gracia diciendo que si estaba embarazada no se haría responsable, como si le fuese a decir, pero no fue gracioso, aunque ya empezaba a entender su humor negro.

Entonces me dio la mano para hacer las paces y la estreché por educación aunque todavía estaba molesta, fue entonces cuando le disparé tantas preguntas de porqué quería lastimarme con sus comentarios, porqué me trataba así y todas esas interrogantes dramáticas que me gustan preguntar, luego me iría. Como siempre él no dijo nada. Entonces le pregunté que era lo que tenía, porqué era así, porqué tenía esa cosa que no podía explicar que era, su atractivo infalible, por qué no podía rechazarle aunque mi interior decía que no, mi cuerpo decía que sí. Se lo dije. Mi abuela dijo miles de veces que e quedara callada, pero no... no pude siempre tenía que decir lo que pienso... y me respondió secamente...”No tengo nada, ¿Qué podría tener?” Como si eso me respondiera todas las preguntas que le había hecho, el lo sabía y no me lo dijo. Luego agregó: “Tu también lo tienes vera ¿No te das cuenta? por eso aunque seas Nerdi y me caigas mal. Me gusta estar en tu compañía... además me ...mmm nada” Como siempre me dejó sin saber qué...

Y luego, todo se volvió a caer... No le entiendo. Y empezamos a pelear de nuevo, esto parecía no acabar nunca... Así que me di vuelta y miré al camarero señalándole que me sirviera más vino porque la noche aun no terminaba, solo esperé que se fuera y me dejara en paz, pero no fue así...

Me abrazó por la espalda de manera extraña. Me quedé mirándolo por el reflejo del espejo de la barra en donde estábamos sentados y solo suspiré. Era algo que no puedo evitar... su contacto... y luego le pregunté que le pasaba... y dijo NADA.... era obvio que le pasaba algo, pero no iba a insistir, nunca insisto en cosas personales aunque muera de la curiosidad, me gustaba saber, pero era mejor que las personas por su propia voluntad te lo digan. Le abracé, aunque aun estaba un poco molesta, pero entendí que todo lo que dijo no lo dijo realmente, o no sé, tal vez sí, solo lo hizo para fastidiarme, era un sátiro mañoso... no sabía que pasaba, aunque me moría de ganas por saber, su aroma me embriagaba y todo lo que el era, aunque tenía miedo, el me daba cierto miedo, y aun así quería confortarlo, quería ayudarlo, no sé... fue extraño.

Fue una oleada que pasó por segundos de una mirada torturada a sentir aquellos gélidos labios del sátiro sobre los míos. Lo sentí como un beso de consuelo, sin embargo era agradable, un momento que no dejé escapar.

Cuando se separó dijo: “No quiero molestarte Vera, solo que no se...esta en mi naturaleza. Intento no hacerte bromas y eso pero no sé, quería alejarme de ti pero no puedo...” Mi cabeza se hizo muchas preguntas, entonces todo lo que dijo para molestarme no era cierto, pero ¿Por qué lo hizo? ¿Solo para alejarme? Y me sacó de mis pensamientos cuando me preguntó que si quería ir a su departamento... Sabía que podría ocurrir ahí y aún así accedí... no escarmiento... no escarmiento nadita. Debo reconocer que la curiosidad me carcomía. En los viajes, siempre se encuentra algo, en cada aventura hay algo nuevo y esta... era una nueva aventura... y estaba escribiendo una nueva historia.

La cueva de la Cabra...
(28,29,30 Enero August & Vera)

Y siempre hubo relatos que contaron acerca de estos seres... y mi abuela dijo: Aléjate... pero... era imposible...

Todo se remonta a esa noche siniestra donde después del bar, nos trasladamos por un bosque metropolitano en un deportivo hasta llevar a una cueva de opulencia en un rascacielos.
Ese lugar parecía cantar historias en la puerta labrada de emblemas africanos. Y por dentro estaba todo tan cuidado y decorado por la mano de un viajero. Las copas trascurrieron una tras otra mientras unos ojos tormentosos miraban los míos. Comí un poco y le serví un plato que era como una pintura para que observara.... Seguimos bebiendo y fumando... Me había llamado la atención las fotografías que había en todo el lugar, la casa parecía de dos personas de August y de alguien más. Y luego cuando sirvió las copas brindó “por lo que sea que tenemos” No sabía que teníamos, ni siquiera éramos amigos... “por esto extraño que tenemos” Respondí y no debatí todo eso de la amistad aunque debo reconocer que me mataba la curiosidad.

Cada rincón de la cueva era algo que no podía dejar de mirar, parecían cuentos e historias que se enlazaban en sus puertas... habían muchas fotografías de ella. Me preguntó si me iba a quedar a dormir, bueno, lo había pensado ¿no?... y me enseñó la habitación hindú que me recordó a mi abuela. Debatimos sobre como dormiríamos y si le odiaba o no... Realmente, no sabía si lo odiaba... aun no lo sabía. Le respondí “No te odio August Moon”.

Fue entonces que después de recorrer aquellas habitaciones me mostró una que nombró su palacio, donde un viollín descansaba sobre una cama cubierta de color escarlata, las alfombras persas que parecían no haber sido pisadas por nadie y las decoraciones de varios países que hacían fluir una especie de armonía. Todo invadía un olor dulce a torta de duraznos. Dulce y excitante. En un puf había unos bongoes. El dijo que no dormía en este lugar... miré por ultimo unos brazaletes de plata sobre la mesa de noche, uno de un león y otro de una cabra. Había una foto de dos personas besándose, una de ellas era él y la otra era la chica de todas las fotografías.

Era difícil levantarle el animo a ese sátiro deprimido, así que por más que hice, no pude hacerle sonreír... solo terminó diciéndome “no deberías ser buena conmigo, te he tratado mal”. Pensé que no lo había hecho con mala intensión. Creo que fue así, la cabra melancólica empezó abrirse y dijo que no era su intensión tratarme mal y me enseñó dos fotografías, donde una dijo que era su hermana y la otra era su esposa, las dos habían muerto. Me explicó que aquella cueva era su nido de amor y que pasaban la vida juntos, ahora a él le faltaba ese pedazo, creo que le entendí, el sufría mucho...

Le prometí no hablar de eso y él lo soltó, fue un disparo muy brisco que nunca esperé dijo “tú me recuerdas a Ion” me habló de ella, se llamaba Fata Lion y también era una Eshu. Y efectivamente hablar de eso le dolía, se notaba... el me confesó que en el relato anterior del bar, se trataba de él y de ella, que el era el cazador que se convirtió en cebra. Esperaba tener hijos con ella y envejecer a su lado...

Le conté mi trágica historia de novela de aeropuerto, mi compromiso fallido... pero no profundicé en ello. Viajé con mi hermano para olvidar, luego me dediqué a mis investigaciones y trabajo... viajar... viajar...

La plática se tornó diferente hasta parecía que nos llevábamos bien... el me dijo que me acompañaría a San Francisco... hablamos de todo un poco, de mi familia, de mis carrera... de su gusto por las artes... Luego, bailamos un rato.. fue una danza imaginaria... salieron preguntas de porqué y como... de por qué me iría, porqué de nuevo era así con el... le pregunté lo mismo. Pero era mucha su insistencia de porqué tenía que irme... así que terminé diciéndole “Regresaré, siempre regreso August Moon”.

Pero no le bastó, así que tuvimos que recorrer la sala, el sillón, la mesa de café, la alfombra durante bastante tiempo para saber si... podíamos resistir a aquel atractivo que sentíamos ambos... son de esas cosas o esas historias que son difícil de explicar, solo se puede ver nacer el sudor en la piel y sentir la mirada que penetra en una atmosfera diferente...la mente solo está en el momento...las manos están recorriendo aquella cubierta salina para intensificar toda aquella pasión que desbordaba en aquel instante... era el alcohol, las drogas o mi cabeza que me dejaba a parte. Los dedos se hundieron en la piel que parecía disolverse con el sudor, los dos cuerpos se disolvieron durante un tiempo hasta que alcanzaron una cúspide que hizo explotar su piel enrojecida.

Recuperamos el aliento y mientras mirábamos el techo se hizo ese silencio extraño y de sus labios Salió lo siguiente: “Sólo que tú me recuerdas mucho a mi esposa...es todo...”.... ... ... ... ... No dije nada porque era bastante incomodo, pero todos tenían sus traumas, todos tenían esa parte enferma en la cabeza, sin embargo, me puse a pensar, que ese estigma de parecerme a alguien no me gustaba del todo.

El era como la manzana prohibida. Venenosa y silenciosa. La misma que comió Eva, le hizo pecar, le decía aléjate... pero como era prohibida... la hacía más deseable. Y solo me veo probando de aquella manzana la cual me hace pecar, me llena de su veneno y me baña de silencio.

“¿Prefieres que me aleje de ti?” Me dijo en otra habitación... pero solo pude decirle que me daba miedo que me gustara demasiado y hablamos de ello, de cómo era mi vida sin las ataduras y que todo eran solo aventuras... El me dijo que también le daba miedo. Me dijo “No quiero conservarte...” No entendí exactamente a lo que se refería y le molestaba que le hiciera preguntas.. ¡Pero no entendía! ¡Todo eso no está en los libros de ciencias! Le dije que no tenía que conservarme, bueno no era una especie para coleccionar y me respondió: “No tengo por qué...pero lo deseo también” No le entendía, definitivamente, me confundía. “No somos amigos... ¿Solo quieres ser mi amante? “ Eso terminé diciéndole, ni sé si estaba bien o mal, pero debía reconocer que él tenía esa habilidad que pocos gozaban, el placer, la pasión... no me molestaba... siempre y cuando tengamos una distancia, un secreto.

Me contó que su primera vez que salió al mundo del ensueño fue cuando estaba en una situación bastante sudorosa con una tal Kambeh...donde conoció a Loki su mentor. Lo curioso fue que era mejor amiga de su esposa... pero a pesar de sus infidelidades él la amaba verdaderamente. Un sátiro fiel, era algo casi increíble. Me dijo que no debía decirme todo esto, que le lastimaría después porqué empezaba a conocerlo. No quería lastimarlo pero tenía razón, a veces lastimamos a las personas sin ser consciente.

Todo se tornó extraño, la situación el momento... mi partida, lo que no éramos y no seríamos, las preguntas... mi presencia, lo que le provocaba... porqué era obvio que le provocaba algo. Empezamos a discutir nuevamente... no me sorprendió así que era mejor que me fuera, pero no me dejó... ¿Cómo era posible que me hiciera detenerme?... fue entonces que le dije que estaría dos semanas fuera... le recordé que podría ir si lo quería, pero me dijo que no y que era mejor así, que así me olvidaría y estaría bien. Ahora sí, ¡me había hecho pelotas la cabeza! “¿Qué quieres saber de mí August?” Le pregunté y solo recibí silencio...

Después de pelearnos un rato nos quedamos hablando nuevamente en la sala donde impidió con sus encantos que me fuera y le conté que Slavery viene de una forma peculiar, aunque decía mi padre que no tiene que ver con el mundo fantástico y todo eso que envuelve el ensueño, tal vez hay algo que involucra a mi padre con las hadas...Slavery viene de la palabra esclavitud... y si lo traduces, eso significa en idioma inglés... “Slavery... for the faes” Antiguos cazadores capturaban a los seres como nosotros para esclavizarlos y extraerles toda esa magia y brillantez que poseían para alimentase y después... de que se debilitaban las mataban... Es un poco extraño aquel apellido, y que muchos de nuestros antecesores se sublevaron para liberar aquella esclavitud...

Luego hablamos sobre su abuelo el que hacía aquellos violines mágicos y hablamos de mi abuela que acumulaba varillas en un bebedor de mariposas por cada mes que pasaba en la espera de mi abuelo desaparecido.

La plática duró toda la noche y una cosa nos llevó a otra... tuve que partir al otro día hacer las maletas, le hice llegar unos boletos para que fueranos a San Francisco como habíamos quedado en un principio, nunca llegó al aeropuerto.

La iguana Roja...
A.k.a. El antro de la iguana.
(26, 27, 29 Enero Johan & Vera)

La ruta del viaje era diferente, estaba en San Francisco y había pasado un tiempo en ese lugar, me agobiaba todo lo que estaba viviendo ahí, pensé que lo disfrutaría, aunque algunos maestros eran con los que podía llenarme de conocimientos, con otros no. Aprendí muchas cosas sobre los insectos y tantas preguntas me agobiaron. Me sentía decepcionada y no sé si era porque me había descolocado la cabra cuando lo esperé en el aeropuesto o porque no me llenaron como esperé todo el congreso.

Fue entonces que saliendo de las últimas conferencias, solo faltaban dos días para que regresara a NY, tomé un descanso... como siempre agarré algunas referencias del hotel para ir algún lugar a desahogar mis penas, aunque siempre el alcohol no era muy buen aliado por aquello. Hablar toda la tarde me había dado hambre. Encontré ese lugar en la zona, la iguana roja, acogedor lugar de mesas oscuras y ambiente bastante agradable. Pude fumar un poco en la zona donde está la vegetación casi no había gente en ese lugar, ahora no está de moda meterle cáncer a los pulmones. Fue entonces mientras mi cabeza hacia ejercicio pensando en lo que haría con lo de mis clases y con mi universidad alguien muy alto de ojo claros dijo “¿Y por qué estés sola habiendo tanta gente por acá?” Realmente no lo sabía solo quería beber y comer... aunque nunca estaba de mas tener compañía. Se sentó a la mesa presentándose como si fuese un vampiro de 500 años, su nombre fue Johan. Me quedé mirándolo largo rato mientras hablaba y debía reconocer que el maldito hombre era muy guapo. Empezamos a conocernos mientras bebíamos un poco, el me dijo que venía donde vienen las salchichas de Frankfurt, Alemania.

Hablamos un poco de mi ascendencia Italiana y de que era una tipa Nerd, como me solía calificar la cabra mañosa. Hablamos de viajes, bebimos más... Luego, el comentó que tocaba en una banda de... ¿de qué era? ¿Punk? Hmm no creo que había dicho algo de metal. Sí en una banda de Metal... eso después lo comprobé claramente... fue un curioso encuentro de el rockero con actitud de vampiro, fue agradable y la plática se puso interesante.

La charla se puso en la mesa, le conté que estudiaba y que mis habilidades artísticas eran limitadas, pues era obvio que no era una artista de rock como el, aunque debo reconocer, que tenía una vena artística que no me gustaba fanfarronear. Una cerveza más, un sándwich... más cervezas y la música fluyo de forma amena... era agradable estar con alguien diferente... fue entonces que le miré un momento percibiendo esa brillantes en los ojos y descubrí que no era un ser común y corriente... era un Kithain... uno muy hermoso, de esos que son del linaje de la realeza, un Sidhe de la La Casa Scathach. Eso me dijo por el símbolo que traía en la chaqueta, una especie de unicornio oscuro.

Nos reímos un poco y de repente me empecé a sentir mejor, no me sentía bajoneada por el miserable día que tuve y todo fue más divertido. La plática llevó a diversos lugares, desde los artrópodos y cavernas, de tirarnos de un avión, de vampiros seniles de la casa de cera y de educación que vienen desde la segunda guerra mundial. Fue entonces que decidí una cosa, la estaba pasando tan bien que quería tomarme un largo descanso, dejaría la universidad por un semestre.

Quería recorrer América. Más cervezas, comida y más platica eso siguió al calor de las copas y la charla más intensa, sabíamos que éramos ambos, le dije que era una cuenta cuentos al saber que el era un Scathach. No le gustaba que lo catalogaran por su linaje y se rebelaba ante su sociedad real. Hablamos de los tatuajes y de los significados de estos, aunque siempre tuve este lunar en la mano nunca supe si era algo que viviera de mis antepasados, mi madre y mi abuela lo tenían pero en lugares diferentes, a mí me había salido justo en la palma de la mano. Después de ello me invitó a viajar con su grupo de rockeros y dijo que eran de los que si se bañaban, me causó gracia, una aventura, un viaje, acepté... me empezaba acostumbrar a irme con completos desconocidos.

Le dije que no conocía a muchos como nosotros y que era difícil que yo los viera, era difícil de ubicarlos y que había conocido a uno en NY, a August Moon, no creo en casualidades, éramos pocos en esta tierra que los habitaban en este mundo se conocían de alguna manera. Johan conocía a August. Dijo “Se que es mi amigo, pero no se qué tan mi amigo sea ahora” hubo silencio y cambiamos de tema, tema August no se volvió a mencionar. Hablamos de los cuentos de hadas y que no creíamos en las relaciones y líos amorosos.

Nos reímos de mi atuendo, y después terminé dejando toda la ropa que usaba para la universidad y busqué alguna tienda para comprarme ropa más acorde con la banda. La noche se prolongó y terminé contándole un cuento a Johan uno sobre conejos blancos:

Una mujer llega a un barrio sombrío de New York. Como hacía mucho calor, se dirigió hacia su balcón a echarse un poco de agua y observar la calle. La luz no era algo peculiar de aquel barrio, siempre había humo. Con curiosidad se pasó mirando la casa de enfrente. Un día observó un cuervo que se detuvo en la casa de enfrente, parecía sacarse los piojos de las plumas. Momentos después se abrieron las dobles puertas de aquella casa y se asomó una mujer. Llevaba un plato de huesos que tiró en el suelo. El cuervo graznó y voló hacía donde estaban los huesos hurgando en la basura. La extraña mujer que tenía el cabello largo negrísimo, lo utilizó para limpiar el plato y luego miró a la mujer que la observaba desde su balcón, la saludó amistosamente y la extraña mujer levantó la mano para saludar a la manera de una reina. Después le preguntó a la mujer que estaba en el balcón si no tenía carne pasada que no necesite. Ella de forma amable le dijo que no. Y luego le preguntó que si no tendría para el fin de semana y que le agradecería si se la pudiera llevar. La extraña mujer desapareció en su balcón y el cuervo voló. La extrañeza de la habitante de aquella casa la impulsó a comprar un trozo de carne lo puso sobre un periódico en el balcón y esperó en un tiempo relativamente corto. El olor se hizo tan fuerte que la obligaba hacer sus labores con una pinza en la nariz. Cuando la carne cambió de color y estaba llena de moscas, la echó a una bolsa y se fue a la casa de enfrente. Cuando estuvo en la casa tardó en buscar la entrada, al parecer estaba escondida en una cascada de algo y daba la impresión que nadie habitaba ese lugar. Tiró de una campanilla de esas antiguas quedándose con el tirador en la mano. Dio unos golpes fuertes en la puerta la cual se rompió dejando salir un hedor a carne podrida. La extraña mujer bajó con una antorcha en la mano y recibió a esta persona, le agarró del brazo diciéndole que era amable y que sus conejitos se alegrarían. Llegaron a un lugar de la casa donde estaba decorado de forma antigua, y la extraña mujer silbó suavemente empezaron a emerger un centenar de conejos de todos los agujeros. Los llamó varias veces metiendo la mano en la bolsa de la visita y sacando la carne podrida la cual se la lanzó a los conejos que se pelearon como lobos por su presa. La mujer se había apartado y solo observaba como los afilados dientes de los conejos desgarraban ese pedazo de carroña. Mientras la mujer hablaba sobre los conejos, de lo bonitos que eran, como se acostumbraban a ellos y que comían uno en estofado todos los sábados por la noche. Había una persona más en la habitación. Era un hombre sentado con una bata roja, muy quieto tenía un conejo mascando un pedazo de carne podrida en sus rodillas y el parecía no inmutarse. La extraña mujer dijo que era su marido que se llamaba Lázaro. El hombre las miró y la mujer se fijó en que tenía una venda en los ojos. El hombre le dijo, Ethel no quiero que vengan visitas aquí te lo tengo prohibido. Ethel se excusó diciendo que hace veinte años que no recibían visitas, que la mujer había traído carne para los conejos y que se quedaría con ellos. Fue entonces que la mujer sintió miedo y quería salir de ahí corriendo, alejarse de esas dos personas plateadas con conejos carnívoros. Y comentó que se iría porque ya era hora de la cena. El viejo de la silla se carcajeó. La extraña miró a la mujer preguntándole si no quería convertirse como ella, en siete años tendría la piel como las estrellas, la enfermedad de la biblia, la lepra. La mujer se echó a correr, tropezando, ahogada en terror y la curiosidad malsana le hizo volver la mirada al llegar a la puerta de la casa. La mujer la saludó desde su balcón y se le desprendieron dos dedos que cayeron como estrellas fugaces.

Johan me preguntó que si era la del relato. Pero no, no era yo, era porque nunca me quitaba estos guantes para ocultar el lunar en la palma de mi mano. Haber entablado una conversación con un nuevo Kithain hacía algo diferente, tal vez tenía razón esa persona en decir que en ocasiones las historias no se hacen con palabras, se hacen con acciones, sin embargo... en vez, empezaba a vivir un nuevo relato... una nueva aventura que empezó cuando salimos de aquel bar para tomar el camino del rock and Roll.

Y los días pasan...
(31 Enero Johan & Vera)

Mi madre me dijo a mí, que cantara y no llorara...
Un viaje con los motonetos... y metaleros... ¡Merol!

Primer día:
No más ropa de universitaria, adiós a las blusas de colores y bienvenidas las playeras trendis... definitivamente extrañé mis botas y mis zapatillas... Oh cielos que maldita resaca tengo y hay un desconocido en mi cama.

Segundo día:
Una motocicleta y un camino largo que recorrer en las carreteras americanas. Una canción se interpreta con una nueva banda, Lust y los chicos son geniales... las canciones de fantasía hacen que esas historias alimenten el alma.

Tercer día:
No puedes detenerte ante las drogas, la adrenalina y desahogarte en un lugar donde sabes que es probable que te descubran, no estaba sola, estábamos los dos... es secreto... solo había cocaína y mucho vodka... inhaló de mi vientre, inhalé de su vientre, nos reímos mucho y luego lo hicimos durante toda la noche, nos buscaron todas esas horas, pero nunca aparecimos hasta que salió el sol.

Cuarto día:
Resaca infernal... solo quería que me hicieran un exorcismo, otro concierto, más cerveza, más música y muchas risas al final del día.

Quinto día:
El sentimiento de una melodía te hace sentir mejor las canciones y se plasma una historia versificada llena de ritmo, fluye y vibra... pude hacerlo y es una sensación maravillosa escuchar los alaridos de la gente, los aplausos, mucha adrenalina... eso es otra cosa... Lo mejor viene después, cuando festejas ese éxito...

Sexto día:
Las calles se volvían mejores cuando el viento seguía su cauce y los conciertos era algo para alimentarse. Me gustaba vivir aquello, tal vez me había dado cuenta tarde que lo que había estudiado no era mi vocación. Pronto llegaríamos a casa, no quería llegar... pero la fiesta continuaba con mucho éxtasis y speed toda la noche... el baño de la gasolinera era muy pequeño para hacer travesuras, creo que rompimos la puerta y el inodoro.

Séptimo día:
NY... era hora de despedirse y regresar a mi vida cotidiana... aunque mi habitación era compartida, las aventuras eran propias... todo fue diferente al llevar a la universidad y dejar mi baja... todavía conservé algunas zapatillas y unas faldas de nerd. Tal vez vea a los chicos más tarde para beber unas cervezas.

Había regresado de devolver mi solicitud y caminando por la gran manzana perdida o más bien ensimismada en mis exorcismos mentales choqué con un tipo de casi dos metros con esa complexión que parecía de un luchador. También apareció de repente Johan con Lust. Después de que hablamos un poco, dijo que era un teniente de la policía... no recuerdo su nombre... Eiri, Enrik no lo recuerdo con exactitud, solo recuerdo que era muy alto y que era teniente de la policía de NY. Todo parecía enredado... algo pasó en un parpadeo que todos nos vimos tal como éramos, como si nuestra realidad se distorsionara y entráramos a un mundo fantástico donde perteneceríamos... dos segundos más tarde me encontraba en el Hostel colocando mis cosas de trabajo en una caja para enviar a Madrid.

A la mañana siguiente me fui al parque, el frio y la ciudad me reconfortaban y una chica parecía una piedra en aquella explanada. Pero no podía mejorar... llegó August Moon a decir su misa. No le hice caso. Le di unos billetes a la chica, parecía amable y él sátiro parecía ver algo que yo no, algo trasparente como si tuviera una cola. Nos presentamos y la felicitamos por su trabajo como estatua viviente. Habían varias personas en el parque, niños otras personas y también hacia un poco de hambre... así que mientras August se las ingeniaba para molestarme, era mejor que desquitara sus pesadeces con una cena, así que nos invitó a cenar... La chica se torció un tobillo y empezó a actuar sobre una banca, August para aprovechar sus habilidades con las manos quiso darle un masaje, pero me desesperé e inspeccioné el tobillo, no tenía nada, era todo una mentira, pero no dije nada, solo le seguí la corriente a la chica solo por el placer de molestar al sátiro.

El sátiro mañoso nos invitó a cenar, pero todo se volvió más turbio de lo que parecía, nos fuimos a un restaurant italiano. No sé de qué manera convenció a la chica que tenía por nombre Charlotte Renard, dijo que era italiana y francesa... en fin. No parecía ni una ni otra. Era un poco mentirosilla eso sí. Se bebió una botella completa de Merlot mientras solo le observaba, a ella y al sátiro, en un principio había dicho ella que no bebía, pero August le sirvió copa tras copas hasta que Charlotte se las terminó. Sus mejillas sonrojadas y los ojos perdidos no podía disimularlos.. así que no dije nada, si pensaba solo iba a exorcizar mi cabeza... Podría jurar que las manos del sátiro estaban sobre las piernas de la chica, puesto no las veía sobre la mesa. Hasta cuando el dijo algo sobre Pooka, no le tome mucha importancia porque la chica estaba muy ebria y dijo que se sentía un poco mal, claro el samaritano de August la acompañó al baño... y dejó su cartera. Dentro pude ver las dos fotografías que me había enseñado en su casa. La de su esposa y hermana. Cuando regresaron Carly solo comentaba que hacía algo bien el sátiro, y solo me podía imaginar una cosa, y creo que comenté que seguramente la traía dura, bueno no podía decir más porque en eso llegó Lust... así que era mejor partir, me despedí diciéndole algo a August sobre las fotografías de su cartera y me fui... no porque haya llegado Lust, sino porque tenía que terminar mis cosas de la universidad... Pero tuve que volver había olvidado el encendedor que me había regalado mi hermano, un encendedor de plata con un león y bandera rastafari. Pero la sorpresa fue que cuando llegué había un Dautain en el restaurant que parecía más buena gente que mi profesor de química. Era una pelea de palabrerías y amenazas, Johan había llegado y estuvo a punto de írsele encima y el tipejo que se contraía porque tal vez quería ir al baño y hacia presión con el rostro para aguantarse... dijo que teníamos poco tiempo para resolverlo... tenían razón los demás en sacarse de onda, pero quise saber más, quien era y de que se trataba todo este rollo, así que nos fuimos de ahí para que el sátiro nos recibiera en su casa y de ahí empezó otra cosa... parecía una rata nerviosa vigilando que no rompiéramos nada... era obvio que todo lo que estaba ahí dentro lo valoraba de tal manera que no quería que nos quedáramos ahí. A fin de cuentas terminó accediendo a que todos nos quedaramos en su casa.

Rasid apareció en aquella ventana, en el penthouse de August, no sabía con exactitud que quería pero sabía que estaba hecha de glamour que era parte del ensueño. Era un halcón brillante parecido al oro y quería tenerlo de mascota, quería aprender sus graznidos para hablar su misma lengua. El halcón habló sobre los caminos de los Eshus y nos pidió que buscáramos al troll, y que tuviéramos que viajar, que viniera a buscarnos para emprender ese nuevo camino. Tuve que llamar al hostel para que llevaran mis cosas, aunque no todas, solo lo más importante, lo demás se quedó en el locker de siempre.

Todo el asunto de la escuela estaba solucionado. Y llegué a ese bar caminando, había pensando que todo este chiste de vivir sin estudiar podría funcionar mientras se arreglaba toda esa cosa con el halcón y el grandulón, aun era de tarde, por alguna razón sabía que sea donde sea que nos encontremos, ese halcón nos buscaría. No sé porqué, o tal vez sí lo sabía, pero como siempre no lo quería reconocer, no me gustaba estar en la casa de August, así que era mejor dar un paseo... y ese bar me pareció buena opción... así bebería hasta perder la razón y caería en algún sitio para dormir como bebé.

Viaje.... estaba ansiosa por irme de nuevo.. Aunque no todo haya salido bien desde que llegué de Madrid, y sinceramente extrañaba Madrid.

El bar tenía un aire bohemio. Mesas en un pequeño patio adornado por plantas naturales y algunas artificiales. Pequeñas velas alumbraban el mismo, colocadas en las paredes y mesas de manteles de cuadritos rojos con blanco. Algunas mesas se encontraban en el interior. Parecía mas un restaurant que un bar, sin embargo la barra exterior servía bebidas exóticas cargadas de alcohol. Junto a ésta, un pequeño escenario donde cualquiera podía subir a cantar, declamar, actuar... cualquier cosa que quisiese, mientras entretuviera al público.

En la terraza donde había plantas, bugambilias y otras flores que me invadían con su aroma, escuché el sonido de los hielos en los vasos de cristal y fue una especie de música para mis oídos, con el cigarrillo pendiendo de los labios me dirigí ahí en compañía de las tintineantes veladoras que decoraban tan acogedor lugar.

El lugar no estaba solo, ahí se encontraba Charlotte sentada en la esquina del patio junto a unos rosales. Miraba el escenario de forma melancólica y sus manos parecían como si le hubiesen quitado una droga en estos días. Me acerqué a ella, la conocía poco, pero también era parte de todo este lío, del otro mundo al cual pertenecía.

Y pues me senté en su mesa, ella parecía un poco nerviosa o no lo sé, tal vez era su personalidad de tejón asustado. No la conocía bien, le pregunté si esperaba a alguien ella me dijo que no, y me preguntó lo mismo. No. Siempre esa era mi respuesta. Empezamos hablar sobre lo que hacía en N.Y. y de mi carrera que confunde a muchos, me tomé el tiempo de explicarle mientras el mesero me traía algo de tomar... la platica se empezó a poner más agradable, ella me dijo que era de Albany Nueva York, pero antes había dicho que era francesa e italiana, no dije nada de aquello. Los lugares que habíamos visitado empezó a salir en la conversación, donde ella según había llevado su obra de teatro... Le creí que había estado en Portugal, Mongolia, Australia, Alaska... había estado en Portugal con mi hermano el verano pasado.

Las preguntas fluían y le expliqué porqué me gustaban los insectos. Todo mundo me lo pregunta, si, es extraño que las personas les guste, pero son fascinantes. Desde niña me gustaban mucho, no hay una explicación exacta del porqué, el color de las mariposas eran algo maravilloso y empecé a coleccionarlas, identificarlas y aprenderme sus nombres... pero luego descubrí que no solo estaban las mariposas y empecé a estudiar a las otras familias... empecé hacer una colección la cual me llevó a especializarme en todo ello y en su entorno, por eso también estudié botánica y ornitología.

Salió a la plática August, solo porqué mencioné que había viajado con un chavo súper guapo en una moto, no, no era él. De hecho Johan era mucho más guapo que August... pero... había diferencias... hablamos un poco del viaje y las aventuras y de mi look de rocker para encajar en la banda y como dejé mi ropa de universitaria en San Francisco, también de que la ropa no hace a las personas. Le quise invitar a un trago y recordé que había bebido mucho vino con August el otro día y le ofrecí una copa, pero ella dijo que no le gustaba que había sido culpa de Agosto (como ella le decía) que bebiera tanto ese día y sus ojos se achicaron como si fuera asiática. Y me hizo una pregunta algo extraña, que según le había hecho a Lust. “¿Cómo puedes sobrevivir con Agosto? Digo... no me gusta que me anden violando cada que nos encontramos”. ¿Qué demonios significaba eso?... le respondía que cuando te violan significa que es algo no concedido... y que mi caso no era así, tal vez estaba revelando más de lo que debería, pero realmente no me importaba. Y le pregunté que si August La había violado. Después de eso vi una cascada correr de malteada de vainilla por su nariz y escurrió por su barbilla. No sé si ella trataba de decirme algo, o yo no estaba entendiendo algo. Pero había algo más en todas esas palabras, estaba segura que August tenía algo, ella dijo algo sobre poderes... ¿El tenía poderes de sátiro para atraer a sus amantes? era un especie de sex apeal que era imposible rechazar... y como había dicho antes, el me daba miedo, porque hacía que no me negara ante sus encantos, eso era difícil y era posible que también surgiera con la chica Charly. Ya no me quería responder sobre los poderes y me preguntó: ¿No me digas que NO usa poderes de Sátiro? No sabía que responder, no estaba segura... pero también lo había pensado. Luego seguimos indagando en todo lo que él era, que tenía algo más, un imán, algo que hacía que no pudiéramos negarnos a sus caprichos o su seducción. Me preguntó sobre el, pero no dije nada y me dijo que parecíamos novios... claro le dije que no, Ni siquiera éramos amigos. Charly dijo que era una especie de imán, era como un ratón que se atrae con un trozo de queso. Y rematé que el ratón cuando ve al queso, quiere quitarse los calzones. Era un queso muy erótico. El resultado fue que August era igual al queso. Nos reímos.


Hablamos de la amistad y sí podríamos ser amigas... le dije que podría contar conmigo para lo que necesitara puesto que para mi era importante todo aquello de la amistad. Empezamos a platicar sobre Portugal y sus viajes, los míos, su historia de gitana y le dije que me sabía un relato:
Una noche el hada de las pesadillas caminaba por pueblos gitanos donde se alimentaba de criaturas hermosas. Ella se hacía llamar así, pero era una vampira temida y muy antigua. Entonces vio en medio de la noche a un hombre con los ojos llenos de agua, ojos hermosos y la piel muy blanca caminaba para su carroza. El hada oscura se acercó, era su depredador y cuando estaba a punto de quitarle la vida el hombre él le dijo: "Si moriré sabré que me iré al infierno y que un ángel me ha llevado". El joven tenía en una de sus manos un pendiente, en forma de una pluma, era de piedra o parecía de piedra y la pluma formaba una especie de olas en el borde. El hada nunca supo el significado de ese pendiente, lo conservó y lo miró por días, por meses, por años. Era un tesoro para el hada. La pluma del ave tenía valor para ella, las aves ciegas, las aves que tanto ama y en el centro de la pluma había una espada, lo cual era un símbolo de guerra. En el borde había unas olas de mar y esto podía tener muchos significados, justo como los ojos del joven muerto, amor, vida, muerte. Y en el centro había otro símbolo que nunca entendió, un símbolo hermético como de una sociedad secreta. Siempre andaba con este pendiente hasta que un día se lo dio a un hombre que poseía los ojos que un día temió perder, unos ojos que parecían haber atrapado al océano, era una ofrenda para dejar un sentimiento que la hacía confundirse. Ese sentimiento del cual no se habla entre los suyos. Entonces esa hada había cometido un error, se había enamorado y eso era prohibido para los suyos, el amor era para los débiles. Aun así se despojó de su tesoro pensando que los ojos del hombre al que se los había arrebatado, eran idénticos al del hombre que se había robado su putrefacto corazón... entonces no quiso jugar de nuevo, no quiso volver a coleccionar ojos... No quiso volver a matar solo por avaricia para saciar sus deseos de belleza y lo dejó, le dejó el pendiente y ella se clavó una espada en el corazón, porque no podía sentir aquella debilidad de estar enamorada de alguien que era de un diferente linaje, de diferente sangre, alguien que hablaba con la luna, pero tenía aquellos ojos que le torturaban el alma.

Después de este relato Charly contó uno:
Había una vez, una dulce jovencita llamada Lenore... Su vida era tranquila y relajada, sin embargo su madre trabajaba demasiado para sostenerla, ya que era madre soltera. Ella siempre soñaba con que encontraría a su príncipe azul, como en los cuentos de hadas. Pero sus amigas le decían que jamás lo logaría... entonces... un día, conoció a un hombre llamado Neil, quien era más grande que ella. Él era un hombre de mundo, que gustaba de tocar música y de andar por todo el mundo. Un gran zorro que enamoró a una dulce gorrión. Ella quería salir de la jaula de oro donde vivía con tal de irse con Neil, de amarlo como su inocente corazón le pedía. Y él, extrañamente, comenzó a fijarse en su presa... la dulce Lenore. Justo cuando quizás el sueño de la chica se iba a cumplir... su madre falleció. Lenore sufrió mucho... y Neil se alejó de ella. No la llamaba, no iba a verla y cuando estaban juntos se comportaba distante y frío. A los pocos días, el padre de ella apareció después de tantos años de ausencia. Como estaba sola, había venido al enterarse de la muerte de su ex esposa. Ella se fue... sin decirle nada al zorro. Tenía el corazón roto por su comportamiento y juraba que ya había perdido el interés en ella... Se marchó... una fría noche de invierno, sin mirar atrás. A la mañana siguiente, Neil apareció en la puerta de su vacía casa. Llevaba un anillo de compromiso. Había estado pensativo y distante todo este tiempo ya que estaba decidiendo por el futuro de ambos... pero... cuál fue su sorpresa y tristeza al encontrarse solo, sin nada más que las plumas del gorrión en el nido abandonado...

Seguimos con la plática, pensamos en hacer una historieta de nuestras historias... hablamos de nuestros linajes... ella era una Pooka y yo una Eshu. Hablamos de los linajes de Johan y Lust que eran Sidhe. Y que también en el grupo de viaje habría un Troll. Hablamos de cómo había visto al troll en el parque junto con Johan y Lust, y que era un agente o un teniente de la policía. Empezamos hacer memoria de cómo se llamaba el halcón, Charly dijo que Martín, pero creo que se llamaba Rasid o Radaid.

La noche siguió hasta que nos corrieron del lugar, luego nos fuimos a Penthouse de August a dormir y como dije, me llevé una botella de ron para el camino y con esta quedé inconsciente en la madrugada.